Lugares Comunes / Ana María Rodrigo
Lugares Comunes
Como ocurría ya en la época pre-incaica, ciertas imágenes de ese mundo son y eran sólo visibles de forma completa y con perspectiva desde las alturas. Lorena vuela y entonces descubre la paradoja de la morfología de la ciudad o de parte de estas imágenes, estructuras que siendo prácticamente invisibles, casi indescifrables desde la perspectiva humana, terrena, es totalmente clara y visible desde el aire. Sin embargo, estas estructuras no han sido creadas, en principio, para ser vistas o vividas de esta manera.
El paisaje cercano a la costa, desde esta perspectiva, muestra también espacios casi abstractos, formas ordenadas, juegos y jeroglíficos geométricos que descubren el gusto y la estética local de ciertos grupos socio culturales de hoy.
El poder político y económico, hace posible transformar la morfología de zonas de la ciudad que ciertos grupos de entre los más privilegiados y las nuevas clases medias parecen gozar y entender. A veces impera el gusto de grupos menos privilegiados que conviven en la zona. Curiosamente, el sujeto de los grupos o subgrupos más prósperos parece disfrutar de esta ornamentación más que los otros. Las líneas de Nazca , por ejemplo, se reproducen como un ícono de “lo peruano” que, sin embargo, tiene más de 500 años de antigüedad y que parece aun así generar la ilusión de pertenencia del grupo a la cultura local. Este fenómeno es y ha sido analizado en profundidad por distintos pensadores y analistas más no nos es posible tocar ahora.
La mirada de la artista no pasa por alto estos hechos que termina, desde su perspectiva, por transformar los “espacios comunes”, a veces, en una especie de lienzos a veces melancólicamente abstractos o geométricamente atractivos.
Lorena nos enfrenta entonces a una geografía real – irreal, verdadera e imaginaria y así sutilmente a la morfología de una ciudad violentamente irregular.
ana m. rodrigo prado, 2013