Tiempos de conexión
Tiempos de conexión, 2025
Entre el espacio sideral y la oscuridad interior de un hormiguero erigimos la barrera de lo inconmensurable. Los mitos de distintos grupos humanos siempre han tendido puentes entre lo cósmico y lo terreno. Estos han sostenido la vida de la comunidad, porque sus narrativas sobre la naturaleza y la presencia humana en ella funcionan como grandes aglutinantes sociales: explican el por qué de la vida.
Un ámbito laico y especializado, como el nuestro, en todos los planos del orden social se funda en el conocimiento, que puede llegar a ser muy sofisticado, y por ello gratificante. Sin embargo, carece de símbolos para rituales sanadores y es pobre en signos concretos que señalen cómo entender el mundo.
El arco visual que delinea Lorena Noblecilla en esta exposición es decididamente más amplio y abarcador que su reflexión acerca de la naturaleza en su individual anterior, titulada “Lección de Historia Natural”, en 2023. Ahí donde buena parte de su interés estaba potentemente puesto en la materia, ahora lo está en la energía, sobre todo en la lumínica. La propuesta está visualmente signada por el verde como color, que prima tanto por el lado de la pintura fluorescente que la artista usa puntualmente en un reducido número de obras pictóricas, como en una visión del bosque amazónico en su fotografía, testimonio patente de un reino de la clorofila, que fija la luz y la convierte en alimento, y con ello está al origen de la configuración de la cadena alimentaria.
De la materia a la energía en un giro inesperado, y también del ciclo de vida de una cazadora solitaria como la araña, que renace sola con cada cambio de piel, a la vida de un ecosistema entero, que es la densa y laberíntica sumatoria de una infinidad de ciclos de vida individuales, cuya riqueza está casi toda acumulada en el dosel verde que forman las copas de los árboles y todo lo que existe a esa altura. Sin embargo, Lorena Noblecilla ha dirigido su mirada y su cámara grabadora al suelo del bosque y lo ha descubierto atravesado por hormigas. Formadas en las filas de un ejército, estas guerreras, que son básicamente una legión de clones, transportan, por consigna dada, fragmentos de hojas cortados por ellas: una acción organizacional colectiva. En una de las nuevas obras de imagen en movimiento de la artista, se puede observar como un desplazamiento culmina con el ingreso con el botín verde al hormiguero bajo tierra. Con la materia vegetal alimentan a las larvas. Otra obra en proyección continua en sala, encuadra la observación sobre un nido de comejenes, una estructura construida por estos insectos arquípteros, como base de organización de sociedad, que existe por imperativo biológico.
Una tercera obra de imagen en movimiento es un encuadre fijo del cielo nocturno grabado llevando la cámara al extremo de sus funciones y luego manipulado selectivamente para llevarlo hasta el borde, conocido como ‘ruido’, en donde la visualidad se altera y se torna incomprensible en su desordenamiento de señales. De tanto en tanto, salta una luciérnaga: se manifiesta como una chispa, que nos mueve en lo más vivo.
La artista ha recurrido a imágenes astronómicas, para situarnos en la galaxia. Con esas inclusiones pueden aparecer otras interrogantes, que cada quien llevará consigo e intentará responder.
¿Qué fue primero, el tiempo o la materia? ¿Fue primero el espacio que la luz?
Estos son tiempos no solo para ponderar detenidamente la diferencia entre los estados de la materia y la distancia entre las cosas y su duración en el tiempo, sino también para intentar entender el por qué de la distancia entre ellas y nosotros, y entre nosotros y nosotros mismos. ¿Para qué? Para reinventarnos en la imaginación y el espíritu, para ir del numen al símbolo. Intentarlo en y para el breve tiempo de cada quien en la escala propia de la faz del planeta.
Para redimensionar nuestra posición en la galaxia y asumir responsabilidad por el impacto duradero de nuestra avidez por degradar y explotar todo lo que está a nuestro alcance, toca empezar a mirar y proyectar en sentido contrario de lo que entraña la destrucción y el aniquilamiento de la Tierra. Recentrar la intencionalidad de la agencia humana en el mundo solo puede ser un movimiento mental, una proyección imaginaria. Pero puede redimir el agon e iluminar el ethos.
Jorge Villacorta Chávez, en Lima, julio de 2025